Las semanas y meses posteriores a un accidente pueden ser una época muy desgastante para las víctimas y sus familias. Además del daño físico y emocional que puede provocar una lesión grave, las víctimas también tienen que enfrentar las consecuencias financieras: las facturas médicas, costos de la fisioterapia, gastos de medicamentos y salarios perdidos vinculados con el accidente. Estos gastos pueden provocar una dificultad financiera extrema en muchas familias.